A medida que envejecemos, esperamos muchos cambios, incluida la piel. Pero el acné en adultos puede ser un síntoma sorprendente del envejecimiento y de la disminución hormonal. Con la llegada de las redes sociales, nació una obsesión por la piel perfecta. Incluso el influencer más "likeado" no es un dermatólogo certificado, y lamentablemente, la información inexacta o ineficaz circula fácilmente.
Aunque todos queremos una piel bonita y clara, los extractores caseros pueden tentarnos a frotar o exprimir poros normales que deberían dejarse en paz. La obsesión por los poros y la extracción de puntos negros puede causar daño en la piel y cicatrices, y este tipo de extracción agresiva y repetitiva perjudicará tu piel.
Cuando notas acné en adultos, una reacción común es recurrir a las terapias para el acné que funcionaron durante la adolescencia. Para las mujeres mayores de 40 años, esas terapias adolescentes pueden dañar la piel, empeorar el acné y causar manchas y cicatrices. Lo ideal de una terapia para el acné en mujeres de mediana edad es algo que sea efectivo, tolerable y con beneficios antienvejecimiento. Pero en lugar de recurrir a esos viejos favoritos, es momento de probar algo diferente - no porque sea algo nuevo, pero porque probablemente no lo habías escuchado antes.
Causas del acné en adultos
Ya sea que no hayas tenido acné en años, o que siempre hayas lidiado con él, puedes notar que aparece o empeora durante la perimenopausia (alrededor de los 40 años). Es posible tener acné por primera vez, y el acné en adultos es más común en mujeres que están pasando por la menopausia.
En la adolescencia, el acné solía ser producto del exceso de grasa inducido por hormonas y de células de la piel pegajosas (queratinocitos) que obstruían los poros. Debido a esta abundancia de grasa, éramos capaces de tolerar los efectos secundarios de resequedad de esos populares medicamentos tópicos para el acné. Lo que funcionó bien en la adolescencia incluía una dieta mejorada, higiene y tratamiento tópico de venta libre para el acné, pero esas cosas no necesariamente nos ayudarán en la mediana edad.
A medida que las mujeres pasan por sus 20 y 30, muchas se enfrentan a los desafíos de las fluctuaciones hormonales debido a los anticonceptivos, embarazos, lactancia y el estrés de equilibrar el trabajo y la vida hogareña. En esa edad, la piel es menos grasa pero comienza a volverse más sensible y menos tolerante a los productos en los que una vez confiamos. Además, las mujeres pueden empezar a desarrollar otras condiciones cutáneas como rosácea y dermatitis periorificial, lo que complica el enfoque terapéutico.
De los 30 a principios de los 40, cuando muchas mujeres entran en la perimenopausia, es común notar los primeros signos de daño solar que se manifiestan como manchas solares y líneas finas. Además, hay una relación entre la menopausia y el acné. A medida que una mujer comienza la transición a la menopausia, ocurren cambios e inestabilidades hormonales más dramáticos, lo que puede resultar en acné hormonal. El acné hormonal femenino en adultos generalmente se presenta como brotes quísticos a lo largo de la línea de la mandíbula.
5 formas efectivas de prevenir el acné en adultos
Independientemente de tu historial de acné, ya sea adolescente, crónico o nuevo, hay varias maneras de abordarlo con éxito:
Manejar los niveles hormonales fluctuantes que ocurren con la edad mediante la Terapia Hormonal. Los desequilibrios hormonales (especialmente de estrógeno y progesterona) pueden causar brotes. Las mujeres experimentan fluctuaciones hormonales:
Alrededor de su periodo
Durante el embarazo, la perimenopausia y la menopausia
Al comenzar o dejar las píldoras anticonceptivas
Reducir el estrés tanto como sea posible para prevenir brotes de acné. Los niveles hormonales cambian con el estrés, lo que puede estimular las glándulas sebáceas y los folículos pilosos de la piel para producir acné.
Revisar tus productos para el cabello y el cuidado de la piel por ingredientes específicos. Recuerda leer las etiquetas de tus productos y busca aquellos menos propensos a causar acné. Tus productos deben incluir al menos uno de los siguientes términos:
No comedogénico
No acnegénico
Libre de aceites
No obstruye poros
Revisar tus medicamentos actuales por efectos secundarios, ya que el acné puede ser un efecto secundario de algunos medicamentos. Habla con tu médico si crees que un medicamento que te recetó está empeorando tu acné.
Considerar que puedes tener una condición médica no diagnosticada. A veces, el acné es un signo de algo subyacente. Una vez diagnosticada y tratada la condición médica, el acné suele desaparecer.
Preguntas comunes sobre el acné en adultos
Es importante entender que el acné varía en gravedad según la edad, el sexo y los niveles hormonales, por lo que la terapia dependerá del individuo. No existe una terapia única que aborde todos los tipos de acné, ni hay una que sea bien tolerada por todos los pacientes. Sin embargo, los objetivos terapéuticos comúnmente incluyen la prevención y resolución del acné y las cicatrices que a veces resultan. Si bien el enfoque varía de persona a persona, muchas personas tienen las mismas preguntas comunes:
¿Por qué tengo cicatrices de acné? Las cicatrices (y la infección) pueden resultar de exprimir o reventar el acné, por lo que eso se desaconseja firmemente. La prevención es el mejor curso de acción, especialmente si el acné está provocando cicatrices. Existen una gran variedad de marcas en la piel que la gente llama "cicatrices de acné". Las áreas de alto riesgo para esto incluyen la línea de la mandíbula, los lóbulos de las orejas por perforaciones, los hombros y el pecho. Los tipos de cicatrices de acné pueden incluir:
Hiper- o hipopigmentación (coloración) del área donde estaba el acné (post-inflamatorio)
Poros dilatados
Cicatrices de picahielo
Cicatrices atróficas (delgadas)
Cicatrices hipertróficas (gruesas)
Queloides (cicatriz gruesa y elevada): las personas de color tienen un mayor riesgo de formación de queloides, pero pueden ocurrir con cualquier tipo de piel.
¿Cómo tratar el acné y las cicatrices? Las cicatrices de acné que resultan en cambios de textura deben ser evaluadas por un dermatólogo certificado o un cirujano plástico. Una vez que se determine que tus cicatrices de acné no son queloides, las opciones de tratamiento incluyen:
Evitar el sol: beneficioso si sufres de decoloración de la piel después de que el acné se haya resuelto.
Cambios en el estilo de vida: caminatas diarias, meditación, yoga y prácticas de cuidado personal pueden reducir el estrés; mantener el cortisol, la hormona del estrés, bajo control es crucial para la salud de la piel y el bienestar general.
Una dieta antiinflamatoria, rica en antioxidantes y limitada en azúcares refinados, mejorará la apariencia de la piel y reducirá los brotes.
La terapia hormonal puede ayudar a normalizar los niveles hormonales para calmar los brotes de acné. Al igual que en la pubertad, las fluctuaciones hormonales causan que la piel se "revuelque". A menudo se les da a las adolescentes anticonceptivos hormonales para intentar aliviar el acné, por lo que de manera similar, la terapia hormonal (en niveles mucho más bajos que los anticonceptivos) puede ayudar a aclarar tu piel.
El ácido azelaico es un ácido natural que se encuentra en granos como el trigo y la cebada. Las formulaciones de ácido azelaico con prescripción (15% y 20%) son costosas y poco probable que sean cubiertas por el seguro, pero el ácido azelaico OTC al 10% tiene un precio razonable. Además de ayudar con el acné leve a moderado, el ácido azelaico también disminuye la producción de pigmento y puede ayudar con manchas oscuras no deseadas. El ácido azelaico también puede ser útil para la rosácea, una condición cutánea común que a menudo se confunde con el acné en la mediana edad.
El niacinamida (vitamina B3) tópica u oral es antiinflamatoria y puede ayudar tanto con el acné como con la hiperpigmentación. Aunque no es tan potente como los retinoides o la terapia hormonal, la niacinamida puede ser una adición beneficiosa a la terapia para el acné y también puede mejorar la rosácea, la hiperpigmentación y el daño cutáneo inducido por la radiación ultravioleta.
Los retinoides (de la familia de la vitamina A) ayudan con el acné, el antienvejecimiento y la hiperpigmentación, pero pueden causar irritación y requieren un período de ajuste. Los retinoides de venta libre menos potentes (retinol y adapaleno) ofrecen mejor tolerabilidad, pero pueden no ser tan efectivos para el acné como los retinoides de prescripción. Sigue las instrucciones cuidadosamente.
La espironolactona es una opción para personas intolerantes a los retinoides o con acné hormonal más pronunciado. La espironolactona en dosis bajas se puede usar por sus efectos antiandrogénicos. Los beneficios incluyen mejora en el acné quístico y disminución del crecimiento de vello facial y de la alopecia de patrón femenino (adelgazamiento del cabello). La espironolactona está disponible como tableta de prescripción o puede ser compuesta como tratamiento tópico.
La hidroquinona al 2% está disponible sin receta, pero puede no funcionar para tipos de piel más oscuros. La hidroquinona con prescripción (4%) está fácilmente disponible y puede ser compuesta en concentraciones de hasta el 18% con otros ingredientes activos o al 20% por sí sola. No se puede usar de manera crónica, debido al riesgo de hiperpigmentación paradójica (ocronosis), por lo que se deben programar descansos cada 12-16 semanas.
La vitamina C tópica puede tener algunos efectos beneficiosos.
El ácido kójico es un ingrediente popular en Asia para tratar el acné y la pigmentación. Es un subproducto natural de la fermentación de la salsa de soya y el vino de arroz. No lo uses si tienes antecedentes de alergia a los hongos o a la penicilina. Además de sus propiedades para aclarar la piel, tiene beneficios antimicrobianos que pueden mejorar el acné.
Los faciales en el spa pueden ayudar a mejorar temporalmente la apariencia de la piel mediante la hidratación (vapor y humectantes tópicos), pero hay pocas pruebas de que prevengan futuros brotes.
Los peelings suaves pueden ayudar con las cicatrices hiperpigmentadas del acné.
¿Existen otras opciones para tratar las cicatrices de acné?
Para tipos de piel más oscuros propensos a la hiperpigmentación, se pueden usar esteroides con prescripción a corto plazo para disminuir la inflamación. Sin embargo, deben ser monitoreados de cerca debido al riesgo potencial de adelgazamiento de la piel y empeoramiento del acné. Tratamientos cutáneos como la microneedling, peelings químicos, dermoabrasión y láseres ablativos y no ablativos pueden ayudar. Las opciones quirúrgicas incluyen la excisión por punch de cicatrices atróficas y la subcisión, que emplea una aguja bajo la piel para romper el tejido cicatricial. Varios rellenos de tejidos blandos pueden ser usados para rellenar cicatrices deprimidas. Generalmente duran aproximadamente un año, pero pueden estimular la producción de colágeno nuevo.Otras opciones terapéuticas incluyen inyecciones, vendajes de silicona o de presión, e incluso radiación. Consulta siempre con un proveedor experimentado, ya que la excisión o la dermoabrasión pueden empeorar las cicatrices queloides. Ten cuidado con los retinoides. Al comenzar un régimen de retinoides, usa solo una pequeña cantidad del tamaño de un guisante. Esto debe aplicarse a la hora de dormir, comenzando no más de 2 o 3 noches no consecutivas (es decir, lunes, miércoles, viernes). Evita el área de los ojos y las comisuras de la boca, y usa una crema hidratante espesa encima. No olvides tu protección solar, ya que todos los retinoides pueden aumentar la sensibilidad al sol y provocar quemaduras con mayor facilidad.
Conclusión: Nunca es tarde para cuidarte
Neopausia alienta a las mujeres a aceptar su nueva piel más madura y a tratarla bien. Aunque el acné puede ser un síntoma inesperado y particularmente frustrante del envejecimiento y la disminución hormonal, existen muchas terapias para el acné que pueden ayudar.
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Este artículo es solo para fines informativos y no constituye asesoramiento médico. La información contenida aquí no reemplaza el consejo médico profesional. Siempre habla con tu médico sobre los riesgos y beneficios de cualquier tratamiento.
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